A lo largo de las más de 200 páginas del libro nos encontramos con un trabajo valiente y controvertido sobre las prácticas del régimen sirio con prisioneros y civiles. La historia de César, nombre en clave del protagonista de la historia, nos pone frente a un hombre que arriesgó su vida por destapa públicamente lo que ocurre en su país, intentando dar voz a los que perdieron y a los que se quedaron atrapados en la guerra.
Aunque el texto gira en torno a la salida de más de 50.000 imágenes escalofriantes y la forma en la que se trataron, la autora de la obra ha decidido no publicar las imágenes en este libro para no alimentar al morbo. A pesar de no verlas directamente, a lo largo de las líneas somos capaces de sentir el sufrimiento, el horror y la degradación de quienes vivieron en primera persona esta experiencia. Una realidad estremecedora contada con las voces de los propios protagonistas de los hechos.
A través de entrevistas con distintas personas implicadas en la salida del fotógrafo de Siria y quienes vivieron esta barbarie, la periodista ha logrado construir un relato sólido e impactante que ayuda a concienciar al lector sobre las barbaridades que ocurren, hoy en día, en el mundo. El texto es duro e impactante, bien documentado y con un tono serio y respetuoso.
Se agradece el acercamiento de la periodista a los hechos de la forma en que lo hace, alejada del morbo y la exclusiva, y buscando, sobre todo, informar al lector de lo que está ocurriendo. Un relato cuidado, trabajado y muy medido que consigue su objetivo: sobrecoger y denunciar unos hechos atroces.
En definitiva, un libro duro, difícil, pero a la vez necesario para conocer lo que está sucediendo en el mundo y, especialmente, en el corazón de Siria.
Gracias a Anika Entre Libros y Ediciones B por facilitarme un ejemplar de este libro.
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